Joaquin y Serafin Alvarez Quintero
Nacidos en Utrera en 1871 y 1873, se instalaron en Sevilla, donde vivieron bastante tiempo como empleados de Hacienda, mientras colaboraban en diversas publicaciones como El Diablo Cojuelo, e iniciaron paulatinamente su dedicación exclusiva al teatro. Su debut como autores tuvo lugar en 1888 con Esgrima y amor en el Teatro Cervantes de Sevilla. El éxito de la comedia les impulsa a viajar a Madrid, donde, a partir de 1889, estrenan varios sainetes líricos y juguetes cómicos con buen éxito lo que consolida su carrera, entre ellos: Gilito (1889), Blancas y negras (1892), La media naranja (1894), La buena sombra (1895), La reja (1897), El traje de luces (1898), El patio (1900). Ambos hermanos colaboraron en todas sus obras dramáticas y fueron miembros de la Real Academia de la Lengua Española.
Su primer éxito resonante lo obtuvieron en 1897 con El ojito derecho. A este éxito sucedieron muchos otros más, siendo especialmente recordados Las flores (1901), El genio alegre (1906), Malvaloca (1912), Puebla de las mujeres (1912), Las de Caín (1908) y mucho después Mariquilla Terremoto (1930). Fueron nombrados hijos predilectos de Utrera y Sevilla y adoptivos de Málaga y Zaragoza. Sus obras fueron traducidas a todos los idiomas;[cita requerida] se representaron en las más apartadas latitudes como en Buenos Aires, teatro Colón, por la compañía Guerrero-Mendoza que llevaba varias de sus obras cuando construyó aquel teatro y sus autores gozaron de innumerables homenajes, entre ellos uno muy conocido en los años veinte en Madrid en que colaboró todo el mundillo escénico.
Los restos de ambos se encuentran en el cementerio de San Justo de Madrid.
Su poema declamado