Manuel Benitez Carrasco

Manuel Benitez Carrasco

Manuel Benitez Carrasco
Manuel Benitez Carrasco
(1922 – 1999)

Nació en la casa parroquial de El Salvador de Granada, donde su familia vivía acogida por el coadjutor de la parroquia, Manuel Benítez Martínez, hermano del padre, de profesión carpintero que ejercía en la ermita de San Miguel Alto.

Se formó, primero, en las escuelas del Ave María de la cuesta del Chapiz y posteriormente en el colegio-seminario de los jesuítas en Loulé (Portugal), donde ingresó como seminarista, gracias a la influencia familiar y a la gratuidad de las enseñanzas.

Abandonó la carrera eclesiástica y volvió a Granada, donde publicó sus primeros versos con el título Primavera Breve en la revista Vientos del Sur. Escribó dos obras de teatro: Luz de amanecer, que fue galardonada con el primer premnio de teatro de Escuadra, y el auto sacremntal Castillo de Dios. También hizo una incursión en la narrativa con la novela El último sacrificio, que obtuvo el primer premio en un concurso de la revista Norma, editada por la Universidad de Granada.

Mientras realizaba el servicio militar ganó la Flor Natural en los Juegos Florales de Torrelavega con la poesía Grito al niño de oro y barro, e idéntico galardón en los Juegos Florales de Úbeda por Salmo del agua preciosa y en los de Granada en honor de san Juan de Dios por Oración de las cosas pequeñas.

En 1947 se trasladó a Madrid, donde intervino como rapsoda por primera vez en espectáculo de Conrado Blanco Alforjas para la poesía. Hizo apariciones esporádicas, también como rapsoda, en los teatros de la Comedia y Español, de Madrid, y en el Palacio de la Música de Barcelona. Un año más tarde publicó su primer libro, La muerte pequeña. Tras una gira realizada en 1953 con la compañía «Romerías» por Buenos Aires y otras ciudades de Argentina y del resto de Hispanoamérica, regresó a Madrid donde publicó las dos partes de El oro y el barro, con poemas de carácter religioso, la primera, y de temas variados, la segunda, Frente al toro y el poema, de tema taurino, y Diario del agua, colección de poemas en los que al agua es protagonista.

Viajó a Cuba en 1955, donde permaneció durante un año dando recitales. Allí publicó Mi barca y otros poemas. Más tarde repetiría esta actividad en diversos países y ciudades de América, como Ecuador, Méjico, Puerto Rico y Miami y Argentina, donde se quedó a residir mucho tiempo. Desde Buenos Aires viajó a numerosas ciudades de Uruguay, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Puerto Rico y Estados Unidos para dar recitales.

Más tarde, residió muchos años en Méjico, trabajando como relaciones públicas de la firma Domecq y recorriendo su geografía para dar más de mil recitales. En Méjico publicó los libros: De ayer y de hoy, Antología poética, Caminante y México, sonoro y mágico y los discos: Mi poesía andaluza (HIXPAVOX); Mira si soy desprendío; Campanas de Belén; México sonoro (ORFEÓN); Caminos; Manuel Benítez Carrasco dice sus poesías; Uno, dos, tres. Poemas taurinos (BELART); Manuel Benítez Carrasco dice sus poemas; y Cachito de España (MUSART).

A partir de 1980 empezó a pasar largas temporadas en Granada, viajando a otros lugares de Andalucía como Córdoba, Sevilla, Málaga, Jerez de la Frontera y Almería. En Sevilla y en Jerez recibió sendos homenajes: una cena en el hotel Alfonso XIII con un centenar de asistentes y un acto académico en la Real Academia de San Dionisio, respectivamente.

Falleció en Granada el 25 de noviembre de 1999 y, por deseo propio, sus restos fueron incinerados y las cenizas esparcidas por un cerro del Albaicín en un acto familiar íntimo.

El legado documental del poeta, compuesto por los ciento diez originales de sus obras, en gran parte manuscritos, más de ciento cincuenta cartas y tarjetas postales y alrededor de cien fotografías de él y su familia, fue donado por sus herederos a la Junta de Andalucía en 2005 y quedó albergado junto a una serie de grabaciones de sus recitales y otros documentos gráficos, en el Museo ​

​Sus poemas declamados

​​Solea del amor desprendio | Solea del amor generoso | Solea del amor indiferente |